Reino de Ul
Temp'ad Ul, el centro neurálgico de la antigua era.
Anteriormente conocida como Ul, en honor a su familia protectora, los Vyx Ul, quienes cuenta la leyenda que desaparecieron de un día al otro sin dejar rastro, pasó a nombrarse Temp'ad Ul con la llegada de Benor y la fundación de su Templo.
Con el paso de los años, la ciudad creció al mismo ritmo que el Templo acogía a adeptos para su instrucción: todos aquellos sensitivos que pretendían vivir y poner su sensibilidad en manos del gran sabio, todo por un fin mayor. De ello nació la era la magia (aunque los sensitivos siempre han repudiado esta denominación por parte de los humanos).
Una vez Benor partió hacia lo desconocido, dejando sus consignas grabadas en piedra, el Templo y la ciudad prosiguieron en largos siglos de bonanza y protección de las tierras firmes y, entonces ya así denominadas por el gran pacto, las tierras libres.
Todo terminó al paso de la gran guerra. Tras la última batalla, justo en Temp'ad Ul, tanto la ciudad como el Templo y sus gentes fueron culpados por tanta devastación. Ambos cayeron en desgracia y, tras el decreto de Ul, todo el reino cayó en el más profundo olvido.
Ahora es poco más que una ciudad fantasma, con unos pocos campesinos y poco más viviendo en ella.
Temp'ad Ul quedó atrapada en el tiempo. Aprisionada en una batalla que jamás terminó para ella.