Situado en el bajo norte de las montañas de Ul, Carcass es una curiosa población rehabitada. De lo más variopinta para muchos.

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Tras la gran guerra contra la Horda, muy pocos de sus habitantes, los cuales lucharon con valentía en la última batalla de Temp'ad Ul, quedaron con vida. De ellos, tan solo uno volvió a su hogar: Botie, apodado el cojo por sus heridas de guerra. ​

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Durante el transcurso del conflicto, este humilde campesino gozó de buena compañía e hizo grandes amistades. Con el paso de los meses y viéndose todos ellos desamparados ante la profunda destrucción de sus hogares, unos pocos de sus amigos supervivientes acudieron a él. Allí encontraron casas que poder habitar y un posible futuro.​

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La voz corrió por las tierras firmes hasta que, un buen día, aparecieron un par de enanos. Ambos tullidos, uno de ellos sin una pierna, y el otro cojo y sin mano. Fueron acogidos como uno más. Luego aparecieron cuatro elfos, todos ellos visiblemente heridos de por vida. En Carcass se quedaron.

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Y así, la leyenda de Carcass nació ante la sorpresa de todos aquellos que son capaces de llegar a verlo. Una utopía única en la que las razas conviven con armonía en un mismo lugar. El compañerismo vivido en la batalla, siguió presente en ese pequeño valle al pie de las grandes montañas.

 

Un pueblo de parias, desdichados, maltrechos e incomprendidos, que ahora gozan de un tranquilo y armonioso respeto, y de total libertad.